El amor es como un pequeño fuego, comienza tímido, va creciendo hasta parecer que consume todo lo que lo rodea. Lo triste es que cuando no se lo cuida inevitablemente se apaga.
Esto pasa lamentablemente en muchos matrimonios, y es así como aparecen las diferencias, los conflictos.
Deja de estar Cristo en medio de ellos y se instala el enemigo, sabemos porque la palabra de Dios nos lo advierte.